Bajo el título de Fotografía
Subjetiva se inauguró en 1951 en Alemania una exposición, organizada por Otto
Steinert, que supuso el reencuentro con aquel esfuerzo experimental de los años
veinte presente en el trabajo fotográfico de antiguos miembros de la Bauhaus. Tras
los años estériles y represores del nazismo, la muestra recopilaba aquellas
obras sometidas al destierro intelectual que aparecían de nuevo, expuestas
ahora junto a las de artistas como Man Ray.
Steinert pretendía reabrir el
debate hacia la búsqueda de las cualidades expresivas y creativas de la
fotografía frente a la descripción más ortodoxa y objetiva. El comienzo del
movimiento fue duro, pues parte de aquellos pioneros (Herbert Bayer, Moholy
Nagy, Hausmann) nunca volvieron de su exilio.
No se buscaba una fotografía
reflejo de una realidad ya fuera esta paisaje, naturaleza o arquitectura, sino
destacar el carácter expresivo y autónomo de la obra, conseguido a través de la
mirada transformadora del autor., enlazando así con la teoría de Moholy Nagy
Las fotografías subjetivas son atemporales,
sin detalles sobre la situación espacial salvo pocas excepciones, los encuadres
forzados se centran en objetos o fragmentes que se convierten en estructuras
prácticamente autónomas. Huyen de ser transmisoras de ideologías políticas o
romanticismos, como respuesta a la producción propagandística nazi.
Los fotógrafos con mucho más
medios que en los años de la precariedad de la Bauhaus aprovechan las sutilezas
del medio adentrándose en las cuestiones técnicas necesarias. Rechazan el
collage, la mezcla con pintura u otros materiales ajenos al proceso de
fotografiar, llegando a un grado extremo de precisión y refinamiento.
Autonomía estética y autoría
vuelven a ser objetivos del artista.
Ana Espinosa GV
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