El collage dentro
del cubismo supuso un episodio breve pero de gran intensidad, que transformó el
acercamiento a la obra tanto del autor como del espectador.
Esta nueva forma
de expresión tuvo su origen entre 1912 y 1914, con trabajos de Picasso, Braque
y Juan Gris.
Sin abandonar la
investigación formal y la inclusión de nuevos colores que se había producido en
los años anteriores, se da entrada a la materia para captar o
representar mejor la realidad, inaugurando un nuevo modo de verla o apresarla.
A principios de
1912, Picasso realiza el primer collage al incluir en una naturaleza muerta un
retal de hule con una trama de rejilla de silla. Este cuadro, además, tiene un
formato ovalado rematado en el borde con una cuerda trenzada.
Fue el punto de
partida para el trabajo que los tres artistas llevaron a cabo de modo paralelo
y de forma separada, aunque no aislada: Braque y Gris conocían los primeros
collages de Picasso y éste estaba al tanto de los procedimientos usados por
Braque sobre el uso de papeles pegados y experimentaba con ellos.
En el verano de
1912, Braque y Picasso se retiran a Sorgues, al sur de Francia, donde Braque
comienza a experimentar con papeles texturados pegados sobre el lienzo y
Picasso continúa una aproximación a la materia desde la pintura, pero empleando
métodos diferentes.
Los temas de sus
composiciones son retratos y naturalezas muertas, pero un objeto destaca sobre
los demás: la guitarra.
Braque comienza
su investigación utilizando papel pegado con textura de madera impresa o papel de
imprenta de periódico, a los que superpone trazos y manchas de dibujo a
carboncillo.
Picasso comienza
su búsqueda de la materia a través de la forma y la textura. Su guitarra ya no
es un dibujo, sino una composición de superficies casi perfectamente
delimitadas, que deslizan unas sobre otras. El material de la guitarra se
expresa a través de la textura, pero ésta no será ya una textura mimética del
natural, sino una aproximación a través de la técnica de pintura empleada. Así
el resultado no es una copia del natural sino el resultado de la aplicación de
un instrumento (un peine, varios pinceles en paralelo).
En octubre, ya en
París a la vuelta de su viaje, Picasso envía una carta a Braque, que aún está
en Sorgues, en la que le decía: “Estoy utilizando tus últimos métodos con
papeles pegados y polvo. Estoy en el proceso de imaginar una guitarra empleando
un poco de arena contra nuestra horrible tela”.
Estas palabras
anuncian lo que sería en los dos años siguientes un período de radical
investigación sobre la materia.
Mientras tanto,
entre el 10 y el 30 de octubre de ese mismo año, Juan Gris expone al público, en
la Galería de la Boétie, los primeros collages cubistas: "El lavabo" y "El reloj".
En combinación
con el óleo, emplea fragmentos de espejo en el primero y texto impreso con un
poema de Apollinaire como papel pegado en el segundo.
Estos son los
primeros collages, las primeras aproximaciones.
El MoMA de Nueva
York consiguió reunir y exponer en 2011 el trabajo que realizó Picasso entre
esos dos años, de 1912 a 1914, tomando la guitarra como objeto de estudio. El
catálogo de la exposición permite conocer no sólo collages sino dibujos,
croquis, fotografías y construcciones que muestran la intensidad con la que
investigó esta técnica.
Con el collage se
crea un producto intermedio entre la pintura y la escultura, expandiendo el
campo visual al táctil y poniendo en crisis las convenciones sobre la
representación que existían hasta entonces.
El uso de
materiales diferentes, por un lado, implica trabajar con cada material y sus
cualidades para lograr la mayor expresividad y, por otro, obliga a prestar una
atención especial a la unión entre dichos materiales, que cobra una importancia
máxima (pegado, cosido, clavado, etc.)
Si el cubismo
fragmentaba el objeto, el collage acentúa esta acción y la extiende al soporte
y al marco, llegando en los casos más extremos a diluir los límites entre la
obra y el espacio en el que se expone.
Álvaro Moreno
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