La primera parte del curso se ha centrado en despertar la
consciencia de que hay un modo de mirar diferente, propio de un arquitecto, y
ejercitarlo.
Para ello, se ha insistido en dos líneas de trabajo
paralelas, que se alimentan una a la otra: por un lado, investigar en torno a
la intención de la mirada y su expresión y representación; por el otro, ser
capaces de abstraer de ello un material para trabajar con él, lo que implica
conocerlo, construir con él.
En este ejercicio se da un paso más. Se trata de ir más allá
y proyectar la búsqueda que cada uno está realizando sobre un nuevo material,
el hormigón.
Se tendrá un conocimiento directo del mismo, con
explicaciones muy concretas y la
práctica directa en la elaboración y puesta en obra de cada pieza.
La técnica de trabajo es libre y los profesores orientarán
cada trabajo o línea de trabajo.
El formato de las piezas está definido por la caja de
encofrado, de dimensiones 30x20x5, que los alumnos deben realizar por su
cuenta.
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