A PROPÓSITO DE LA VISITA A LA "CORONA DE ESPINAS"



Detalle de lucernarios en talleres de restauración

Con la visita de ayer al edificio del Instituto del Patrimonio Cultural de España, la "Corona de Espinas”, hemos tenido la oportunidad de pasear y de descubrir un edificio concebido y ejecutado en hormigón. No funcionaría en ningún otro material. Sus cualidades espaciales y materiales no serían las mismas,  y mucho menos las estructurales.

Si os fijasteis en algunas de las cosas que dijo la guía veréis que tienen bastante relación con lo que se ha ido comentando hasta ahora en el Taller:

Contó de qué material era el encofrado, de tablilla de madera, y lo visteis (y lo tocasteis). También porqué se utilizó un encofrado diferente, de chapas, en la testa de los machones, de los pilares. No la razón de proyecto, sino la razón material.

Visteis lo que podían ser perfectamente piezas de clase: la cara inferior de las escaleras, una porción de forjado, de fachada…

También explicó cuál es el trazado del edificio, su geometría, y cómo la sustracción de unos módulos generaban el acceso al edificio. Cuando uno de vuestros compañeros preguntó el día anterior que dónde quedábamos para visitar el edificio y le dije que allí mismo, me dijo que no sabía dónde estaba la entrada. Le dije que fuera allí y sabría dónde estaba. Al menos vería a otros alumnos, pero confiaba en que entendiese que la entrada a un edificio se reconoce; entrar a un edifico, a un espacio, es una operación muy importante.

Lo último, que cuando se paralizaron las obras ya estaba construida la estructura del edificio, y que cuando se retomaron varios años después, aunque había variado el uso y las necesidades, el edificio seguía siendo el mismo…porque estaba configurado por el material y su estructura. Estaba concebido y ejecutado en hormigón, completamente; luego se fueron añadiendo otros materiales para hacer más amable (y adecuado) su uso, pero acompañándolo.

Alguno de vosotros también comentó que le recordaba de algún modo a Kahn. Bien visto.